sábado, 7 de febrero de 2009

La sangre derramada.


El viento transmite el sonido de las hojas
es la voz de un indómito pueblo
por miles de estrellas protegida.


Es el alma de Arauco
la que perdura en las dormidas cuestas
donde en las selvas de ropaje glauco
brilla el valor de sus antiguas gestas.
...
Vibra con el arrojo
y en la altura soberbia de Los Andes.

Guillermo Igayman


Ay Arauco!
Recuerda que un día derramaste
tu bella sangre en esta tierra querida, negándote mil veces a entregarte,
luchando con porfía allá en la sierra.



Marichiwew
grito grabado en el casette de la historia
saliendo de la boca enfurecida
de mis abuelos.

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